No me viste, no te conocí.
Te alejaste y no te despediste,
Te alejaste y no te despediste,
Porque yo para ti no fui
Y tú para mi nunca estuviste.
Exististe sólo entre maullidos
Y un ser sonriente ante tu presencia
A quien cautivaste con todos los sentidos.
Con tus poses, tus modismos y tu esencia.
Despertaste una amalgama de sensaciones
Y por tu modestia ni te diste cuenta.
Devoraste tristezas y desilusiones.
Alimento de un alma cautiva en una vida cruenta.
No sé cómo viniste, simplemente que llegaste.
Y así como viniste no sé cómo ni por qué te fuiste.
Dejaste huellas; una estela que hoy desgastaste.
Hermosos recuerdos. Hoy, un día triste.
Partiste con tu característico silencio afable
Y soplaron aires de melancolía.
Tu imagen, siempre tan agradable,
Detallando que a esta hora todo parece utopía.
Y soplaron aires de melancolía.
Tu imagen, siempre tan agradable,
Detallando que a esta hora todo parece utopía.
Danzando sin control en mi mente tu estarás.
No desapareciste. Nunca lo harás.
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No desapareciste. Nunca lo harás.
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