jueves, 18 de marzo de 2010

PAOLA

Paola me incita.

Ella es sutil, amable, sincera e incapaz de transgredir.
Ella no es una droga. Paola no es marihuana, ni cocaína, ni amapola.

Paola también me irrita.

Es tan fascinante como puede lograr que yo lea sus comentarios que no me importan, y sin embargo siempre lo hago de pies a cabeza tratando de descubrir si envía señales. Pero todo es en vano. Sólo juega a ser vivida escribiendo cosas que oye o se inspira de otras.

Paola no me conoce, yo no conozco a Paola.
Ella está allá, donde no voy. Yo estoy aquí, donde siempre estoy.
Y me mata la idea de tener que trasladarme sin saber a cual destino llegar.

Paola es éxtasis. Es alegría.
Es noche y día sin dicotomía
Ráfaga de un sólo sentimiento que embarga mi pesar y disminuye el sufrimiento.

Sólo ella sabe que yo sé nada, porque ella es pregunta y respuesta contestada.

Paola estuvo aquí...

...y seguirá estando sin importarle nada.


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