domingo, 31 de mayo de 2015

ODIO

Odio no terminar una publicación cuando me propongo a hacerla.
Odio que la arepa no tenga mantequilla y así tener que comerla.

Odio el mango, el jobo, la lechoza, la ciruela, la avellana.
Odio la guanábana, el cambur, el maní, la pera, la manzana.

Odio el sabor a coco. Odio el sabor a anís.
Odio que a alguien se le haya ocurrido el "cocoanís".

Odio que me duelan los dientes al tomar agua fría.
Odio que se acabe la noche. Odio que no me alcance el día.

Odio no poder odiar como la gente odiosa odia.
Odio que hoy día debería estar casado y ni tengo novia.

Odio que se me enrede la lengua cuando hablo.
Odio mi segundo nombre; tan común como Juan, Pedro, Pablo.

Odio que una y otra vez me dejen en visto.
Odio que lo hacen mil veces y todavía insisto.

Odio decir que dormiré a las 11 de la noche y me acuesto a las 3.
Odio despertar a las 8, tener que estar a las 9 y salir a las 10.

Odio ser intolerante a la lactosa.
Odio que la leche condensada sea tan sabrosa.

Odio que un Dólar sea más que 100 Bolívares ahora.
Odio que en el reloj de esta economía yo no vea la hora.

Odio que me crezcan tan rápido el cabello, las uñas, el bigote.
Odio estar tan flaco si de niño estaba gordote.

Odio comprar pantalones y que me queden anchos y cortos.
Odio que a la camisa se le estire el cuello como si la usara Ortos.

Odio el completo silencio en las habitaciones.
Odio no recordar a veces los nombres de canciones.

Odio a la gente que grita cuando habla, que habla cuando duerme.
Odio a la gente que me conoce y no me saluda al verme.

Odio ser odiado por amar, por querer, por apreciar.
Odio y seguiré odiando más, pero a ti nunca te voy a odiar.


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