Somos muchos capaces de crear, somos pocos quienes creamos. Vendemos el tiempo al peor postor, al primero que levante la mano. Lo regalamos. Nos deshacemos de él como si molestara... Vitrinas vacías y mentes también. Cuerpos débiles a causa de la hemorragia, la apatía y el desgano. Tus acciones no son bienvenidas pero hace entender que sí, porque a nadie parece molestar. A nadie parece importarle que lo que hoy vivimos le restamos importancia con tanta basura mental. Sueno cliché, pero es verdad. Verdad que nunca debe dejar de contarse...
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