sábado, 24 de marzo de 2012

NECEDADES

Estoy comprobado, soy esquivo. Tengo menudencias que no sé que significan. El rollo de la superficialidad y el amor por lo vano. Disparates. Como este. Como muchos. Me rio del sabor agrio del desgano y suspiro por un mundo mejor. Blasfemar. Creer. Leer y no entender. Sentir que todo es nada y que tú eres todo sin espectadores. Falto de gloria. Cautivo del ego. Mis palabras son aire que roza por tu cuerpo y sigue su rumbo sin inmutarte ni una pizca de anatomía.


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miércoles, 14 de marzo de 2012

IMAGINARIO

-Tengo caníbales en la cabeza.
-No hay perdones de agujas sucias y resbalosas.
-La recta de tus ojos.
-Soy yo sin importancia con espadas de mentira.
-Subo mares en la luna.
-Tengo deseos de helados de papel reciclado.
-Sobresaltado el perro por temor a la tinta.
-¡Carajito, no me jodas con tus 52 años de maldad congelada!
-No tengo agua y me rio sin razón, porque sé de lo que me rio.
-Te invito al Big Bang del fin del mundo y al Apocalipsis de una nueva era de cartón, donde sude por el frío de tu sol.
-Temí por el verde de la lengua del infierno.
-Los huesos ya no quedan en la vitrina. ¡Susto!
-La música me escribió un E-mail en la pared y borré sus letras con estornudos de escepticismo.
-Estado de somnolencia.
-La llama blanca arde sobre mis queridos árboles grises.
-Sus ramas se contonean al compás de la caricia de una suave mofa.
-Engaño del ingenuo moderno.

sábado, 10 de marzo de 2012

LLUEVE SI VAS A LLOVER

Una gota comienza su formación en el borde de un grifo y muchas veces este grifo es un elemento descuidado en un recinto abandonado. Una gota que no pende de un hilo sino de su propia fuerza de adhesión. Donde se implora compasión de sí misma. Donde se esfuerza irremediablemente por sostenerse en el tiempo. Donde terminará eventualmente destruida por su propio peso.

La carente valentía de auto-transformación o fijación de la evolución como meta explaya la miseria espiritual.
Una vela se apaga sin oxígeno; cada paso antecede a otro, a menos que obstáculos entorpezcan la dichosa armonía de la marcha; pero un minuto continúa en el tiempo con acción o sin ella. Que miradas te vean cuando vayas, que miradas te vean cuando vengas, lo importante es que no te detengas.

Te digo, pues, que los suspiros valen tanto como palmadas de aliento. Levantar la cabeza no es sólo mirar al cielo. El ánimo está ahí, como vapor en nube esperando a que una basta condensación le haga protagonizar la escena de turno.


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